Un bombardeo masivo de las fuerzas de Israel en el sur de Líbano dejó al menos 274 muertos y 1.024 heridos, informó el Ministerio de Salud libanés este lunes.
Entre los muertos había al menos 21 niños, según las autoridades sanitarias.
Se trata del mayor ataque en al menos un año de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) en el sur del territorio libanés, donde opera el grupo armado chiita Hezbolá.
«Los ataques del enemigo israelí contra ciudades y pueblos del sur desde esta mañana han dejado cientos de víctimas fatales entre los que se encuentran niños y mujeres», señaló en un comunicado el Ministerio de Salud.
Israel informó que lanzó una operación sobre unos 800 objetivos de Hezbolá en la región.
El bombardeo de este lunes es el último de una escalada de las operaciones contra el grupo que considera a Israel su enemigo.
El primero fue la explosión de dispositivos de comunicación como beepers y radios la semana anterior, que Israel aún no ha reconocido oficialmente. Luego comenzaron los bombardeos que incluyeron Beirut, la capital del país.
El primer ministro de Líbano, Najib Mikati, señaló que las acciones de Israel equivalen a «una guerra de exterminio».
Hezbolá, por su parte, respondió el fin de semana con el lanzamiento de cerca de 160 misiles que alcanzaron zonas urbanas de Israel.
El primer ministro libanés dijo que los ataques israelíes contra su país son parte de «una guerra de exterminio en todos los sentidos de la palabra» que tienen como objetivo «eliminar pueblos y ciudades libaneses».
En tanto, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, advirtió de que se avecinan «días complicados» para el país.
Sus declaraciones se produjeron tras una reunión en el cuartel militar de Kirya, en Tel Aviv, en la que subrayó que Israel no espera a las amenazas, sino que se «adelanta» a ellas, en referencia a los recientes ataques de su país contra el sur de Líbano.
«Prometí que cambiaríamos el equilibrio de seguridad, el equilibrio de poder en el norte. Eso es exactamente lo que estamos haciendo», afirmó.
El ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, indicó que los ataques continuarán «hasta que logremos nuestros objetivos: devolver a los residentes del norte de Israel sanos y salvos a sus hogares«.
Se estima que unas 60.000 personas en el norte de Israel han dejado sus hogares desde el recrudecimiento de la violencia transfronteriza el año pasado.
La región se ha visto inmersa en una escalada de tensiones desde la incursión del grupo armado palestino Hamás en territorio israelí el 7 de octubre de 2023, que dejó cerca de 1.200 muertos y 250 rehenes.
La respuesta militar de Israel en la Franja de Gaza, donde opera Hamás, ya deja cerca de 40.000 muertos, muchos de ellos mujeres y menores de edad, según datos del Ministerio de Sanidad gazatí.
Sin embargo, en las últimas semanas, la estrategia de Israel se ha enfocado hacia el sur de Líbano, ubicado en la frontera norte del país.
«Grave preocupación»
A medida que los ataques entre Israel y Líbano han escalado, actores internacionales han hecho un llamamiento urgente a que ambas partes cesen en las hostilidades.
La Fuerza Provisional de Naciones Unidas en el Líbano (Finul), que es una fuerza de paz de la ONU, ha expresado su «grave preocupación» por la seguridad de los civiles en el sur de Líbano.
El jefe de la misión, el general Aroldo Lázaro, se ha puesto en contacto con las partes libanesa e israelí, insistiendo en la urgente necesidad de reducir la tensión.
«Cualquier nueva escalada de esta peligrosa situación podría tener consecuencias devastadoras y de largo alcance», advirtió.
La Finul advierte que los ataques contra civiles -de ambas partes- violan el derecho internacional y podrían constituir crímenes de guerra.
Algunos habitantes de la región sur de Líbano huyen de la zona hacia un lugar más seguro. Una familia de cuatro personas que llegó en una moto a Beirut, la capital, dijeron que son de un pueblo del sur y que buscaban llegar a Trípoli, en el norte del país.
«¿Qué quiere que le digamos? Acabamos de huir», dijo con angustia el padre de la familia.
En el norte de Israel también ha crecido el miedo entre la población. David Yitzhak, un residente de Givat Avni, cuenta que estaba hablando por teléfono fuera de su casa poco antes de las 13:00 hora local (10:00 GMT) cuando sonó la sirena.
Reunió a su esposa y a su hija de 6 años y las llevó arriba, a la habitación segura dentro de su casa. Segundos después, una explosión sacudió la vivienda cuando un cohete atravesó el tejado, haciendo volar la mampostería y destrozando el cuarto de baño.
«De la vida a la muerte hay un metro», dijo Yitzhak. Aunque no siente animadversión hacia el pueblo libanés, considera que Hezbolá empezó la guerra sin motivo.
«Así que ahora estamos respondiendo. Y todo irá bien».
Fuente: www.bbc.com