La inclusión de personas con discapacidad (PcD) es un reto constante, en el que muchos ámbitos de la vida social, cotidiana, escolar o profesional se combinan y en la cual, debemos trabajar con constancia y paciencia para lograrla.
Como padres hablamos de la inclusión escolar, queremos que nuestros hijos con discapacidad tengan un lugar en la educación, que la reciban conforme a la Ley y los derechos a los que están sujetos, pero ¿en cuántas escuelas se ejecutan estos procesos de forma objetiva y real?
Incluir a un niño o niña con discapacidad en una escuela, no sólo es aceptarla en el ciclo escolar, sino darle un seguimiento y educación conforme a lo que necesitan, haciendo algunas adecuaciones y valoraciones que permitan comprobar que están llevando un aprendizaje de acuerdo a su capacidades y no solo sean en la áreas artísticas o deportivas, como en muchos casos.
Incluir a un joven o adulto con discapacidad en un ámbito profesional, no significa becarlo, o que reciba medio sueldo, sino que pueda ser productivo para la empresa o institución donde se encuentre, devengando un salario real, porque como ser humano -al igual que todos- tiene necesidades que cubrir.
Incluir significa que las políticas públicas y programas gubernamentales contemplen las necesidades de las PcD, desde infraestructura adecuada, programas de apoyo educativo, de formación extracurricular, de terapias, de atención médica y que no solo se avoque al asistencialismo.
En la vida cotidiana, incluir es aceptar que una persona vive con una discapacidad, pero que tendrá que adaptarse y desenvolverse de la mejor forma que le permita vivir plena y dignamente. Significa que participará en cada una de las actividades que desarrolle su círculo familiar y social, hasta donde sea posible.
Educar e insistir es otra forma de incluir, hacer visible que compartimos un mundo en el interactuamos de manera natural, y es así como debemos enseñar que la discapacidad de una persona es y será parte de ella para toda su vida.
Debemos promover que la sociedad conceda esas oportunidades de respeto e inclusión, que se necesitan para que las PcD logren independencia y desarrollo a lo máximo; que permitan erradicar los casos de bullying y de acciones discriminatorias.
El ser humano es un individuo en constante aprendizaje, cada estamos expuestos a cientos de procesos que nos permiten conocer y desarrollar alguna habilidad, y las personas con discapacidad no son ajenas a ellos, porque tienen grandes capacidades.
necesidades de las PcD, desde infraestructura adecuada, programas de apoyo educativo, de formación extracurricular, de terapias, de atención médica y que no solo se avoque al asistencialismo.
En la vida cotidiana, incluir es aceptar que una persona vive con una discapacidad, pero que tendrá que adaptarse y desenvolverse de la mejor forma que le permita vivir plena y dignamente. Significa que participará en cada una de las actividades que desarrolle su círculo familiar y social, hasta donde sea posible.
Educar e insistir es otra forma de incluir, hacer visible que compartimos un mundo en el interactuamos de manera natural, y es así como debemos enseñar que la discapacidad de una persona es y será parte de ella para toda su vida.
Debemos promover que la sociedad conceda esas oportunidades de respeto e inclusión, que se necesitan para que las PcD logren independencia y desarrollo a lo máximo; que permitan erradicar los casos de bullying y de acciones discriminatorias.
El ser humano es un individuo en constante aprendizaje, cada estamos expuestos a cientos de procesos que nos permiten conocer y desarrollar alguna habilidad, y las personas con discapacidad no son ajenas a ellos, porque tienen grandes capacidades.
Es así, que una vez que nos queda claro la forma que podemos ser individuos que intrínsecamente promovamos la inclusión, estaremos dotando de oportunidades justas a las PcD.
En el mundo existen aproximadamente más de mil millones de PcD, la próxima vez que te encuentres con una de ellas, te invito a comportarte de forma respetuosa y tratarla como te gustaría que te trataran, si estuvieras en su lugar.