Por Arturo Soto Munguia
Definitivamente hay gente que no ha entendido nada acerca de la pandemia y su desastre. O de las políticas públicas con perspectiva de género.
Uno de ellos es el diputado Carlos Navarrete. Sí, el mismo que teniendo a su lado a varios diputados que han sido presa del coronavirus, sostuvo que éste es un mito, que no conoce a nadie que lo haya contraído y que en Cananea, su tierra, la gente se lo cura con un té de canela.
Cananea es hoy, por cierto, un foco de infección tan grave que el propio Ayuntamiento ha tenido que cerrar sus puertas ante un repunte en los contagios y un disparo en la cifra de muertes que ya alcanza 36, demasiadas para un pueblo tan chico.
Pues bien, ayer el diputado Navarrete organizó un encuentro con mujeres en el marco del Día Internacional contra la Violencia de Género, pero lo hizo presencial, en el auditorio del Congreso del Estado, rebasando el aforo sin el más mínimo respeto a la sana distancia.
Se entiende que legisladores y alcaldes anden en estos momentos bastante activos tratando de proyectar sus imágenes en los medios, con miras a ser reconocidos por sus respectivos partidos en el camino de la definición de candidaturas, pero es por lo menos una irresponsabilidad estar retando a un virus que ha resultado más letal que lo que muchos suponíamos.
Pero no se le puede pedir mucho al diputado Navarrete, que no cree en el virus, o para ser más exacto, cree que se puede curar con un tecito de canela bien caliente.
Mas las estampas para documentar la vocación churriguresca de la clase política local no cesan. En el mismísimo San Pedro de los Saguaros no hubiese ocurrido este episodio de ayer en el heroico puerto de Guaymas.
Los hechos, en ese municipio, donde el terror se instaló desde aquellos días iniciales del trienio sarista, cuando sus agentes municipales detuvieron y entregaron a tres jóvenes a un grupo criminal; jóvenes que por cierto siguen en calidad de desaparecidos. En ese municipio donde el crimen organizado ha dejado una estela de muerte y sangre que ya salpicó al mismísimo gabinete de la alcaldesa.
Allí, Sara Valle se reunió con un grupo de mujeres integrantes de la agrupación Guerreras Rastreadoras, integrado por familiares de personas desaparecidas que ante la inoperancia de las autoridades de los tres niveles de gobierno han sacrificado parte de sus vidas para encontrarlas debajo de la tierra, en ese gran cementerio clandestino que es el territorio sonorense.
Pues en un acto publicitado profusamente por el propio ayuntamiento porteño, la alcaldesa entregó a las Guerreras Buscadoras ¡Palas!
Sí señor: palas. Cinco nuevecitas y relucientes palas para que en el Día Internacional de la Erradicación de la Violencia contra las Mujeres, éstas sigan es su desesperada y lúgubre tarea de encontrar a sus muert@s escarbando la tierra.
También les dio cubetas de fierro, cubrebocas, gel antibacterial, guantes de látex, sueros y agua embotellada.
La empatía tiene formas misteriosas en el puerto.
Pero tampoco debe extrañar que esto suceda, si desde la máxima tribuna de la nación, desde el mañanero púlpito donde el presidente anatemiza, condena, pontifica, da cátedra y parte con su filosa espada en dos a la patria diariamente, la agenda de las mujeres es interpretada desde el machismo setentero.
El mismísimo presidente de la República sostuvo ayer, como lo ha hecho siempre, que las causas de los asesinatos de mujeres y de hombres son, en general, las mismas.
Y luego se tiró un rollo mareador sobre la descomposición social, la desintegración familiar y otros frutos podridos del periodo neoliberal, que quizás no sean errados, pero sin duda invisibilizan por completo la situación de un país donde cada día asesinan a diez mujeres.
Qué difícil, en verdad, resulta para las mujeres que acompañaron a Andrés Manuel en su épica batalla para llegar a la presidencia bajo la premisa de que el feminismo es de izquierda o no es, suscribir sus disparates sobre el tema.
Qué difícil aceptar que el primer mandatario está imbuido de un pensamiento decididamente conservador sobre la agenda de las mujeres, y que cada vez que puede lo hace notar.
Y en el sistema presidencialista mexicano, particularmente exacerbado en estos años, la presidencial voz es dogma de fe, línea a acatar, motivo para morderse un dedo y maromear con desplantes de agilidad gimnástica en cada ocasión que el señor muestra su anacronismo conceptual sobre el tema.
Y qué triste ver a las feministas, sobre todo a las que cobran en la 4T, doblegadas y sumisas, despojadas de la rebeldía y rebosantes de abnegación, suscribir esos anacronismos, porque está más cerca la lealtad ciega que la honestidad para tomar distancia y ejercer un mínimo de crítica.
Dios guarde. Se les seca la mano si le pegan a papá. O las dejan fuera de la nómina, que sería peor.
II
En otros temas, el cabildo hermosillense aprobó ayer el proyecto de Ley de Ingresos y Presupuesto de Egresos que será presentado al Congreso local para su análisis y eventual aprobación.
Básicamente, el proyecto considera un monto total de 4 mil 917 millones 415 mil 781 pesos. No incluye nuevos impuestos ni incrementos a los ya existentes.
En la información hecha llegar a este despacho no se precisa si el paquete fiscal incluye alguna solicitud de contratación de deuda, pero seguramente en los próximos días estaremos asistiendo al desfile anual de alcaldes solicitando recursos extraordinarios para cubrir los compromisos de fin de año, señaladamente los relativos a nómina y aguinaldo.
Porque si en condiciones normales este es un episodio que se repite año con año no sólo en la capital, sino en todos los municipios del estado, es altamente probable que hoy no sea la excepción, sobre todo considerando que la pandemia golpeó fuertemente los ingresos propios, de por sí insuficientes para salir bien librados al final del año.
Pendientes.
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