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La doble huelga en la Unison que nadie quería y nadie esperaba

Publicado por: La nota central
3 abril, 2019

Por Demian Duarte.

Justo cuando nadie lo esperaba y se daba por descontado que la negociación entre los sindicatos de trabajadores académicos (STAUS) y de empleados (STEUS) de la Universidad de Sonora, era algo de mero trámite, surgieron los desacuerdos y la mayoría de los trabajadores votó en ambos casos por irse a la huelga.

Me parece que el hecho de que ambos organismos gremiales se hayan decidido por la última alternativa, revela un mucho de intransigencia de parte de la autoridad universitaria, que en este caso encabeza Enrique Velázquez Contreras, quien paradójicamente en el pasado ha sido miembro activo del STAUS y ha participado en múltiples huelgas y que ahora que se pasó a la parte patronal no fue capaz de conciliar con sus compañeros maestros, mucho menos con los trabajadores que le dan mantenimiento cuidan la Universidad, la situación llevó a un callejón sin salida.

Los trabajadores recurren siempre al mecanismo de emplazar a huelga, no porque sean malvados, o porque un ente desconocido se los haya ordenado para afectar políticamente al estado, la huelga es un legitimo derecho de los trabajadores que parte de la lógica de mejorar su calidad de vida y condición es laborales, quién no lo entienda así o no lo capte es porque tiene una óptica patronal, o simplemente está negado a entender la dinámica de la lucha entre capital y trabajo.

La demanda de los sindicatos fue desde el principio aumento del 10.7% directo al salario, y esto no es algo inusitado, pues a inicios de año los salarios mínimos en todo el país tuvieron un aumento del 16%, el detalle es que el rector y la comisión negociadora insistieron en ofrecer el 3.35% como tope y tratar de dar algunas prestaciones adicionales.

El resultado era de esperarse, los trabajadores consideraron esa oferta como un insulto y decidieron ejercer su derecho a la huelga como medida de presión.

Habrá que tomar en cuenta lo siguiente como parámetro de lo que representa el actual movimiento de huelga que encabezan Cuauhtemoc González Valdez por parte del STAUS e Ismael Arredondo por el STEUS, pues no se había dado una huelga simultánea entre los 2 sindicatos que agremian a los trabajadores universitarios desde 1988, una época ya muy lejana, sujeta a otro tipo de condiciones políticas y sociales.

Y es interesante, porque de inmediato comenzaron las descalificaciones de parte de la derecha, que lo mismo se encuentra en el PAN que en algunos sectores del PRI, reclamando que ante la proximidad de la semana santa y las vacaciones, los sindicatos emplazados y decidieron irse al paro laboral para tener más descanso, lo que no deja de ser por una parte un insulto que los pinta de cuerpo entero como personas ajenas a los trabajadores y al pueblo, pero además no deja de ser un enorme absurdo, a nadie le gusta estar haciendo guardias y cuidando las instalaciones laborales, que es responsabilidad de los huelguistas en estas circunstancias, mucho menos dejar de percibir ingresos, aunque después se los paguen como salarios caídos como parte de las negociaciones.

Otro absurdo es culpar de inmediato a Morena y la 4T de las huelgas simultáneas, cuando vemos primero que nada que no son capaces de ponerse de acuerdo ni en el caso de juicio político contra el “Maloro”, y segundo, cuando sabemos de manera intrínseca que lo que menos le interesa al gobierno de Andrés Manuel López Obrador es abrirse frentes y crisis de esta naturaleza, pues aunque el conflicto laboral en la Universidad sea solo eso, habrá que tomar nota de que el horno no está para bollos ahí y que puede degenerar en una crisis política con quién sabe que alcances.

También es absurda la argumentación del rector Velázquez Contreras de querer culpar a la federación y en especial al plan de austeridad que se ha impulsado desde la Secretaría de Educación Pública para rescatar a otras universidades de una crisis financiera, pues señala que no le dieron mayor presupuesto para solventar gastos laborales, por lo que argumenta que él no puede ir más allá de los recursos que ya le asignaron.

Y aquí cabe un cuestionamiento directo para el rector, que por lo visto se ha enfocado en ser un burócrata y no un líder para la institución educativa a su cargo, ya que más allá de llevarles cartitas de Santa Claus a diputados locales y federales con motivo de las negociaciones del presupuesto de este año, no se le ha visto haciendo gestiones adicionales, buscando recursos, fondos del sector privado o instituciones públicas a fin de solventar los muchos problemas que tiene la Universidad de Sonora, entre ellos el laboral.

A mi me gustaría pensar en el rector de mi Universidad como un líder propositivo y capaz de enfrentar el panorama más adverso y salir adelante, pero todo indica que es demasiado pedir.

Afortunadamente para Fernando Enrique Velázquez Contreras, el gobierno de Sonora ya dijo que está dispuesto a ayudarlo con la mediación y con la búsqueda de acuerdos, porque si nos quedamos con el primer mensaje que ha emitido respecto a que la culpa es de todos menos de él, nos tendríamos que preparar para un conflicto laboral de larga duración en la Universidad de Sonora.

Correspondencia a demiandu1@me.com

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