La agenda binacional entre los gobiernos de Estados Unidos y México está pendiendo de un hilo, debido a tres principales temas que la ocupan:
En primer lugar, tenemos que el hijo del capo Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, el joven Ovidio Guzmán López, está por soltar una bomba para las autoridades mexicanas. Se rumorea fuertemente que se declarará culpable ante la corte de EE. UU., bajo una negociación con las autoridades de ese país, logrando con ello una posible sentencia menor para él y su hermano Joaquín, así como protección para su familia más cercana.
Recordemos que el pasado 9 de mayo, 17 familiares, entre ellos la madre de Ovidio, cruzaron la frontera por Tijuana hacia San Isidro, California, donde ya contaban con una recepción por parte de las autoridades. Es cuando se encienden las alarmas en Palacio Nacional, ya que la posible negociación del hijo del Chapo (fundador del Cártel de Sinaloa) puede traer el aumento de la violencia en nuestro país.
Además, esta noticia pone en jaque a políticos, autoridades de los tres niveles de gobierno, empresarios, comerciantes y rivales del crimen organizado. No es complicado analizar que será una gran lista la que habrá de soltar. Pero lo más delicado es que dentro del acuerdo, esté que Ovidio sea quien declare en contra de Ismael ‘El Mayo’ Zambada en su juicio, recrudeciendo la situación no solo en Sinaloa, sino también en otros estados de la república.
El segundo tema de la agenda binacional es sobre el cierre de exportación de ganado nacional a Norteamérica. La crisis por el gusano barrenador que afecta al ganado ha elevado la tensión entre México y Estados Unidos. La presidencia de Claudia Sheinbaum ha responsabilizado al gobierno del vecino país por el resurgimiento de la plaga, causada por la mosca Cochliomyia hominivorax, que se había mantenido controlada durante las últimas tres décadas.
El secretario de Agricultura, Julio Berdegué, ha señalado que EE. UU. gestiona en Panamá el único laboratorio en el que se produce la mosca estéril que frena el esparcimiento de la plaga, al interrumpir el ciclo reproductivo de la mosca infectada. El funcionario ha agregado que, una vez que estalló el nuevo brote, Washington ha escatimado la entrega del antídoto a México, e incluso ha dilatado la apertura en el país latinoamericano de un nuevo laboratorio para reforzar la producción de la mosca estéril. En última instancia, Estados Unidos ha cargado toda la culpa en México. Por qué, es algo que debemos seguir investigando.
Y el tercer tema, y no menor, es el retiro de la visa de cruce a Estados Unidos a la gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Ávila. Existe gran hermetismo sobre las causas de por qué le cancelaron la visa a la gobernadora y a su esposo Carlos Torres, por parte del gobierno de Estados Unidos. Ni la mandataria ni las autoridades norteamericanas han querido declarar realmente los motivos. Incluso la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, dijo que esperará a la versión oficial. Pero las especulaciones han corrido como pólvora; algunos de la oposición la acusan de lavado de dinero, vínculos con el narcotráfico, entre otros presuntos delitos.
A pesar de que la mandataria de Baja California dice estar tranquila, lo cual dudo mucho, ya que el gobierno del vecino país no actúa solo por intuición, la tensión está creciendo, más cuando la información no está fluyendo, sino todo lo contrario. Y al parecer, el gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal, también se sumará a la lista y al mismo proceso “administrativo”, como lo ha llamado su homóloga de Baja California.
Cabeza fría y decisiones bien analizadas, es lo que se necesita….