Los retos virales o “challenges”, consisten en imitar una acción que se graba con un dispositivo digital y se publica en alguna red social, donde se invita a otros cibernautas a que hagan lo mismo, informó.
Mediante ciberpatrullaje, se detectó que estos desafíos representan un riesgo ya que pueden afectar la autoestima de las y los menores y, en otros casos, su integridad física por el consumo de productos peligrosos, autolesiones y suicidio.
La Unidad Cibernética aconsejó que, para evitar la propagación de retos virales peligrosos, se debe enseñar a niños y jóvenes sobre los posibles riesgos que conllevan, y fomentar un ambiente de comunicación abierta donde puedan discutir sus experiencias y preocupaciones. Además, recomendó que investiguen los riesgos antes de participar y abstenerse de practicarlos si los hubiera.
De igual forma, sugirió configurar adecuadamente la privacidad de las cuentas y dispositivos, asegurándose que la información personal está protegida; no compartir información personal como número de teléfono, dirección de correo electrónico o dirección física y nunca realizar actividades peligrosas o ilegales como parte del desafío; mucho menos presionar a otros a unirse al desafío o realizar actividades en contra de su voluntad.