Gene Cernan y Harrison Schmitt, de la misión Apolo 17 de la NASA, fueron los últimos en visitar la Luna en diciembre de 1972. Desde entonces, ninguna persona ha ido más allá de la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés), a 400 kilómetros sobre nuestras cabezas. El próximo año, concretamente en noviembre, si todo sale según lo esperado, esta situación cambiará cuando los astronautas Christina Koch, Jeremy Hansen, el piloto Victor Glover y el comandante de la misión Gregory Reid Wiseman suban en el imponente megacohete Space Launch System (SLS) y su recién estrenada cápsula Orion y alcancen una distancia más de 900 veces mayor, a 370.000 kilómetros desde aquí, por detrás de la Luna.
Ellos, según ha revelado este martes la agencia espacial estadounidense, son los elegidos para hacer historia con Artemis II, que será el pistoletazo de salida a las misiones tripuladas del nuevo programa lunar de la NASA. Aunque esta vez, a diferencia del Programa Apolo, nos quedaremos a ‘vivir’ allí, creando bases permanentes que nos permitan, entre otras cosas, prepararnos para la siguiente gran conquista: Marte.
Se trata de un grupo muy heterogéneo. Al frente de la misión estará G. Reid Wiseman (1975). Este ingeniero de sistemas, aviador naval y piloto de pruebas nativo de Maryland ha estado en la ISS solo una vez, pero allí no perdió el tiempo: completó un récord de 82 horas de investigación en una sola semana. Lo de liderar no será algo nuevo para él: Wiseman se desempeñó recientemente como Jefe de la Oficina de Astronautas.
Victor Glover (1976) será el piloto de la misión y se erigirá como el primer hombre de raza negra asignado a una misión lunar. Seleccionado como astronauta en 2013 mientras trabajaba en el Senado de los Estados Unidos, cambió la política por el espacio. Recientemente fue piloto y segundo al mando en la primera misión Crew-1 SpaceX Crew Dragon, el segundo vuelo tripulado para ese vehículo, y una misión de larga duración a bordo de la ISS.
La única mujer de la tripulación es Christina H. Koch (1979). De la misma promoción que Glover, está acostumbrada a hacer historia: fue ingeniera de vuelo para las expediciones 59, 60 y 61 de la ISS, estableciendo el récord de vuelo espacial individual realizado por una mujer, con un total de 328 días en el espacio. También fue una de las pioneras en participar en las primeras caminatas espaciales exclusivamente femeninas. Ahora, será la primera mujer en viajar a nuestro satélite.
De parte de la agencia espacial canadiense participa Jeremy Hansen (1976), quien será especialista de misión durante Artemis II. Experto piloto y preparador de astronautas, será su primera vez en el espacio y se coronará como el primer canadiense que ha volado a la Luna.
«Si me preguntan si estoy emocionada por ser una de las elegidas para volar a la Luna en el cohete más potente jamás construido, pasar cuatro días en el espacio profundo, llegar a la Luna y después volver atravesando a miles de kilómetros por hora la atmósfera, sí, estoy muy emocionada», decía Koch tras el anuncio. Por su parte, Wiseman señalaba que no estarán solos durante el viaje, porque portarán en la cápsula Orion «todas las esperanzas y sueños de millones de personas en todo el mundo».
Porque tal y como el propio administrador de la NASA (y exastronauta) Bill Nelson se encargó de repetir, Artemis II quiere ser una misión que involucre a toda la humanidad. «Esta tripulación llevará consigo el duro trabajo de todo el mundo que está detrás de este programa; y no solo eso: también las aspiraciones de todos los estudiantes que se esfuerzan por alcanzar su sueños o de los niños que ahora mismo quieren ser astronautas y viajar al espacio», señaló.
«No podría estar más orgulloso de que estos cuatro valientes inicien nuestros viajes a la Luna y más allá», dijo por su parte el director de Operaciones de Vuelo, Norm Knight. «Representan exactamente lo que debería ser un cuerpo de astronautas: una mezcla de individuos altamente capaces, con las habilidades y la determinación para enfrentar cualquier prueba como equipo. La misión Artemis II será desafiante e impulsaremos nuestros límites mientras nos preparamos para llevar a los futuros astronautas a la Luna. Con Reid, Victor, Christina y Jeremy a los mandos, no tengo dudas de que estamos listos para enfrentar todos los desafíos que se nos presenten».
Un largo camino no exento de contratiempos
Artemis I tuvo que enfrentarse a varios retrasos motivados por diferentes razones: desde los parones provocados por la pandemia hasta fugas en el sistema de lanzamiento, incluso pasando por un huracán. A pesar de todo, la misión se completó con éxito en diciembre de 2022, coronando el lanzamiento inaugural del SLS junto con la nave espacial Orion, que hasta la fecha no ha sido tripulada por ningún equipo humano. No fue un viaje del todo ‘tranquilo’: se registraron varias ‘anomalías’ durante el camino y la mitad de los pequeños satélites que viajaban en la misión acabaron dañados o perdidos. A pesar de todo, desde la NASA mandan un mensaje de tranquilidad: aseguran que Artemis I sirvió para poner la ‘maquinaria al límite’, y que tanto SLS como Orion son completamente seguros y están preparados para llevar a la nueva generación de astronautas a la Luna.
Artemis II emulará el mismo trayecto, si bien en un periodo de tiempo más corto: 10 días. Durante esa semana y media recorrerá 2,3 millones de kilómetros, demostrando que todo el equipo de soporte vital de Orion y los sistemas complementarios funcionan correctamente, esta vez con astronautas a bordo.
Si la misión culmina con éxito, la NASA lanzará Artemis III no más pronto de 2025. En esta misión sí que los astronautas, entre ellos la primera mujer y la primera persona de raza negra, alunizarán en nuestro satélite, emulando el momento en el que Neil Armstrong y Buzz Aldrin, pero más de 50 años después. No tocarán tierra en el mismo lugar: para esta vez se ha elegido el polo sur lunar, una zona potencialmente rica en recursos, incluidas reservas de agua.
Lo que vendrá después de la primera mujer en la Luna
A partir de Artemis IV, los viajes se volverán mucho más ambiciosos: se creará la estación lunar Gateway, una suerte de ISS, pero orbitando la Luna (de hecho, en su construcción participarán la Agencia Espacial Europea, Japón y Canadá), que proporcionará apoyo a los equipos sobre la superficie, por lo que el diseño del SLS irá variando según las necesidades. Además, se probarán diferentes vehículos lunares, aparte de la construcción de una base sobre el suelo de nuestro satélite y otras tecnologías que nos ayuden a sobrevivir en condiciones muy diferentes a las de la Tierra.
La Luna se convertirá, así, en un perfecto campo de pruebas para continuar la exploración espacial más allá incluso de nuestro satélite. De hecho, el siguiente objetivo será Marte, nuestro desértico y helado vecino que la NASA espera visitar en la década de 2030.
Fuente: www.abc.es