Era símbolo de la modernidad en Venezuela, la promesa de que la prosperidad y la abundancia llegarían al país latinoamericano, pero nunca fue terminado y ahora es utilizado como prisión y centro de tortura por el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN) del régimen de Nicolás Maduro.
La historia
El Helicoide inició su construcción sobre una colina en 1956, bajo el régimen del entonces presidente Marcos Pérez Jiménez. Venezuela estaba abriendo sus puertas a la globalización y, con ello, muchas empresas privadas llegaron.
En este contexto, El Helicoide estaba destinado a ser el mayor centro comercial de Caracas, la capital venezolana, con un hotel cinco estrellas, cines, un parque, un club de propietarios y en séptimo nivel un palacio de espectáculos, incluso tendría un helipuerto.
La originalidad de este lugar consistía en que los autos podrían ingresar al edificio a través de rampas, que les permitirían recorrer las más de 300 tiendas que ahí se ubicarían.
En los años 50, Venezuela era un país que estaba experimentando un cambio profundo. La industria del petróleo estaba en auge. Se invirtió mucho en esta idea de la modernidad instantánea», explicó la doctora Lisa Blackmore, directora de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Essex, a la BBC.
La primera etapa de su construcción concluyó en 1961, pero se paralizó porfalta de presupuesto. Intentó recuperarse en 1965, 1965 y 1982, todos sin éxito. En 1982 únicamente lograron concluir una cúpula geodésica, que fue dañada en 1992 en el Golpe de Estado liderado por Hernán Grüber Odremán, Luis Enrique Cabrera Aguirre, Luis Ramón Reyes Reyes y otros, quienes fueron compañeros de armas de Hugo Chávez.
De hotel 5 estrellas a la inmundicia
Así, tras varios intentos fallidos, entre los que los que buscaron rescatarlo para convertirlo en un centro cultural o incluso la sede de un ministerio, El Helicoide se convirtió, entre otras cosas, en sede de los servicios de inteligencia del gobierno en 1983, en ese entonces encabezado por Luis Herrera Campins.
Desde entonces, diversos servicios de inteligencia lo han ocupado. Actualmente, es el SEBIN, organismo creado en 2010 todavía bajo el régimen de Hugo Chávez, el que ahí realiza sus operaciones.
Pero más que servicios de inteligencia, el lugar ha servido como prisión y centro de tortura a donde son llevados los opositores de Nicolás Maduro, reporta la BBC.
El Helicoide es una suerte de metáfora de la Venezuela moderna. El edificio refleja esta caída en espiral hacia la desgracia. Si en algún momento fue el sueño del capitalismo y el desarrollo y la industria del siglo XX, hoy, el Helicoide no representa ningún sueño», dice al respecto Lisa Blackmore.
En 2014, más de 3 mil personas fueron detenidas a raíz de las protestas en contra de Nicolás Maduro. Uno de ellos, Rosmit Mantilla, activista político y defensor de los derechos humanos.
Pasé dos años, seis meses y ocho días viviendo en quizás el mayor centro de tortura en Venezuela. Veía gente cubierta en sangre, otros amarrados, algunos inconscientes», relata.
Rosmit explicó que los lugares de reclusión se improvisaban conforme llegaban más presos. Escaleras de emergencia, cuartos pequeños, espacios que estaban destinados para ser una tienda, sólo les ponían barrotes y tenían una celda.
Guantánamo
Los prisioneros les ponían nombres a estos cuartos: «La pecera», «El tigrito», «El infiernito». La peor era «Guantánamo», un pequeño lugar de 12 metros cuadrados en el que encerraban hasta a 50 personas.
No había luz, agua o baños, ni camas. Las paredes estaban manchadas de sangre y excrementos. Era un lugar diseñado para el maltrato físico y psicológico de los detenidos», dice Rosmit.
Las formas de tortura eran muy diversas y escalofriantes: descargas eléctricas en todas partes del cuerpo, incluidos los genitales, golpizas, cubrir la cara con bolsas de plástico llenas de excremento.
Y la tortura psicológica tampoco faltó. Uno de los casos más tristes fue el deRodolfo González, un aviador retirado de 64 años que fue acusado de financiar protestas.
Por su edad, los guardias del SEBIN no lo golpeaban por temor a que algo le pasara. Por eso, preferían amedentrarlo con amenazas, como que lo transferirían a Yare, una de las cárceles más peligrosas de Venezuela, donde recluyen a los criminales más violentos: asesinos, secuestradores, narcotraficantes.
El 12 de marzo de 2015, Rodolfo se ahorcó en su celda. Poco después de que le dijeran que su orden de traslado había llegado, según cuenta su hija Ivette, quien aún clama justicia para su padre.
Fuente: www.unotv.com